Simone Signoret fue otra de esas grandes actrices de gran magnetismo y personalidad. Amada y respetada por el publico, tanto por su carrera como por su lucha en defensa de los derechos humanos. Animada por sus amigos, comenzó a interpretar pequeños papeles, llamando la atención en "La Ronda". Durante los 50 actuó en algunos de los filmes más famosos de Francia como "Thérèse Raquin", "Las Diabolicas" y "Las brujas de Salem".
"Un lugar en la cumbre", una gran película de visión obligada.
En 1958 viajó a Inglaterra para filmar junto a Laurence Harvey "Un lugar en la cumbre", una de sus mejores actuaciones. Ganó el premio a la mejor actriz en Cannes y ademas fue la primera actriz francesa en conseguir un óscar. Signoret rechazo varias ofertas de Hollywood y continuó trabajando en Europa, aunque años mas tarde regresó a Estados Unidos para rodar "El barco de los locos", por la que obtuvo otra nominación.
Fue criticada por ganar peso con los años, (en estos tiempos la habrían obligado a hacer la dieta de la Paltrow), pero sus actuaciones, tanto en cine como en teatro, desbordaban autenticidad. A mediados de los 70 publico su autobiografía, "La nostalgia ya no es lo que era", que fue todo un éxito y que la animo a escribir "Adiós, Volódia", la novela con la cual los críticos cayeron rendidos a sus pies.
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