Hace una semana tuve la oportunidad de ver dos documentales musicales que me han gustado bastante. Lo cierto es que aunque conozco ambos grupos de toda la vida, no es que fuera "super fan" de ninguno de los dos. A The Bee Gees les conozco desde que salían en Aplauso, los que tengáis una edad ya sabéis que era un programa de TVE de finales de los 70... El documental "The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart" dirigido por Frank Marshall, nos cuenta los triunfos y obstáculos que tuvieron que sortear los hermanos Gibb. Maurice y Robin hace años que ya no están, pero el mayor, Barry, aun sigue componiendo éxitos y saber que el libro Guinness de los récords enumera a Barry como el segundo compositor más exitoso de la historia detrás de McCartney, casi nada amigos, de hecho son coetáneos y también empezaron con canciones pop, aunque la inmensa mayoría les recuerde por su mega hit de "Saturday Night Fever".
Y que deciros de Mystify: Michael Hutchence, pues que viendo este documental dirigido por Richard Lowenstein sobre el cantante de INXS me queda claro que aquellas bandas tenían una energía que nada tiene que ver con la mayoría de "productos" que salen en estos tiempos de coreografías robóticas y estilismos imposibles. Aunque no era mi banda australiana favorita, ese honor le corresponde a The Church, Michael era una especie de mezcla entre Jim Morrison y Mick Jagger, se comía el escenario corriendo de un lado a otro y lo daba todo. Sobre su muerte corrieron un montón de chismes y ya era hora de que la verdad saliera a la luz. Me gusta ver documentales musicales, saber de donde salen esos artistas que dedican su vida a la música y todo lo que eso conlleva, que no todo es "sexo, drogas y rock and roll", hay talentos, sueños, sacrificios y mucho dolor en ese camino, conocerlo es respetarlo.
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